La reducción mamaria es una de las operaciones de cirugía plástica más gratificantes para las mujeres, y es que más allá del aporte meramente estético la mamoplastia de reducción otorga otros beneficios para salud y para el bienestar.
Esta intervención presume de tener una de las mayores tasas de satisfacción del sector y muchos cirujanos la denominan como “la cirugía feliz” por los beneficios tanto físicos como psicológicos que otorga generalmente a las pacientes. La mamoplastia de reducción puede ser una solución infalible para diferentes problemas de salud o dolencias cotidianas como las molestias en la espalda o la rigidez en el cuello, producidas por el exceso de peso en las mamas. También es un importante generador de bienestar a nivel emocional.
Qué es la reducción mamaria y en qué consiste
La cirugía de reducción mamaria consigue que la paciente obtenga el tamaño y forma de pecho deseada eliminando el exceso de grasa, de piel del pecho y de glándula mamaria. De esta manera se alivia el peso, responsable de diferentes dolencias o incomodidades diarias para muchas mujeres, y se mejora la apariencia estética.
Aunque existen diferentes factores como el peso, la edad, los cambios de peso, el embarazo o los periodos de lactancia que influyen en el tamaño y forma del pecho, variando a lo largo de la vida, el volumen y forma generales vienen predeterminados por la genética.
El desarrollo de las mamas termina entre los 17 y 18 años, y a partir de entonces los cambios se producirán por elementos hormonales, alimentarios o derivados de procesos biológicos como el embarazo.
Esta intervención es relativamente sencilla y presenta muy pocas complicaciones, ya que implica únicamente un ingreso de 24 horas del que se saldrá con un vendaje a mantener durante unos 2 o 3 días. La paciente deberá llevar un sujetador deportivo durante un par de semanas y seguirá una pauta analgésica durante un par de días para combatir el malestar.
Una decisión para la mejora física y mental
Las mujeres que deciden someterse a una mamoplastia de reducción buscan normalmente, solucionar varios problemas que implican características físicas, biológicas y estéticas. Es una cirugía plástica que acumula diferentes ventajas y acostumbra a atender a más de una única necesidad de la paciente.
La mayoría de las personas que se someten a esta intervención obtienen resultados muy positivos y consiguen que desaparezcan molestias comunes como la irritación de la piel, el dolor constante de cuello y las molestias diarias en la espalda. Además se detecta una mejoría en la imagen corporal y la autoestima, superando complejos físicos previos y consiguiendo hacer actividades físicas y deportivas sin incomodidad.
Por lo general es una de las intervenciones con más beneficios para las pacientes, ya que consigue una mejoría global en el estado de ánimo y el estilo de vida. Se superan ciertos complejos y se aplacan dolores que podrían estar limitando las actividades de las mujeres que los sufren, así como una mejor movilidad y comodidad.
Habitualmente la cicatriz que genera la reducción mamaria está situada alrededor de la areola, es vertical y en el surco submamario. Incluso si las necesidades de la reducción de piel y de glándula mamaria son menores puede bastar con una cicatriz periareolar y vertical, así que en este sentido apenas es visible y no genera ningúna consecuencia estética o física negativa.
Las candidatas para una intervención
Como todas las cirugías estéticas y plásticas, existe un perfil concreto de mujeres para las que se recomienda esta intervención activamente y para las que es propiado someterse a una mamoplastia de reducción.
Entre las características a tomar en cuenta está que estas mujeres hayan concluido su evolución y desarrollo físico, presentando a su vez mamas excesivamente grandes. Además, mujeres que presenten problemas físicos y psicológicos por el efecto directo del tamaño de sus pechos, pero que aporten la madurez psicológica adecuada para aceptar el cambio con expectativas equilibradas que se ajusten a la realidad del proceso.
Estas pacientes son mujeres que también desean cambiar su contorno corporal por razones estéticas, y son personas que presentan molestias físicas como el dolor de espalda, cuello y hombros o problemas derivados en la columna vertebral, irritaciones en la piel o erosiones por el roce.